Este centro educativo llevaba observando durante varios cursos escolares que en el ámbito de su comunidad educativa existían ciertos prejuicios y comportamientos preconcebidos ante “la diferencia”, ya sea ésta de cualquier índole; produciéndose actitudes de discriminación y rechazo.
Pensaron que había Factores personales que lo alentaban tales como que los alumnos no poseen unos criterios objetivos y loables en situaciones conflictivas, al igual que advirtieron en ellos actitudes negativas ante la “diferencia”.
Por ello consideraron que existía una necesidad “urgente y profunda” para que se diera en su Comunidad Educativa la adquisición de valores favorables para una sana convivencia y decidieron afrontarlo con numerosas actividades que aglutinaron en torno a un Contrato Programa al que titularon “Si yo puedo, tu puedes”.
En este sentido, se marcaron los siguientes objetivos con el fin de elaborar una propuesta realista y práctica:
Apoyar, informar e implicar a las familias en los procesos de enseñanza-aprendizaje, fomentando su participación en la vida escolar; participando y colaborando en las actuaciones realizadas desde el centro.
Desde el claustro de profesores y más específicamente desde el equipo directivo, se consideró que para el desarrollo efectivo de la competencia para aprender a aprender, así como la competencia de autonomía e iniciativa personal, la familia debe tener un lugar destacado y trascendente.
Adquirir el sentimiento de competencia personal, de confianza en uno mismo, responsabilidad, perseverancia, motivación, control emocional; así como un gran número de valores a incorporar por el alumno, no sólo debe desarrollarse en el ámbito escolar, sino también en el familiar. De modo, que consideraron de vital importancia ofrecer a las familias estrategias, conocimientos y modelos acordes con los que se enseñan en la escuela.
Desarrollar actuaciones que faciliten y mejoren el clima de convivencia del aula, del centro y del entorno social más cercano.El proceso y progreso para el desarrollo de la competencia social y ciudadana, lleva consigo la comprensión de la realidad social.
La sociedad es plural y necesita individuos capaces de ofrecer un compromiso personal. Para ello creyeron que era necesario y, además paso previo, la sensibilización acerca de la diversidad social.
Pensaron que acercando y dando a conocer las distintas discapacidades: motórica, visual, auditiva y psíquica; sus alumnos alcanzarian los valores necesarios para desarrollar actuaciones que faciliten y mejoren el clima del aula, del centro y de su entorno social.
Promover la visita de nuestros mayores al centro escolar son acciones que repercutan positivamente en las relaciones intergeneracionales.
1. Facilitar a los alumnos la adquisición de las competencias básicas de las etapas de la enseñanza obligatoria, como son la competencia social y ciudadana, así como la competencia de autonomía e iniciativa personal.
Para el desarrollo de la competencia social y ciudadana, desde la escuela sedebe, no sólo, fomentar actitudes de respeto y tolerancia, sino también garantizar la eliminación de discriminaciones asegurando un clima integrador y facilitador.
Por lo que respecta al desarrollo de la competencia de autonomía e iniciativa personal, teniendo en cuenta que implica la relación, la participación y el trabajo en equipo, llevaron a cabo toda una serie de actividades y actuaciones encaminadas a la incorporación de habilidades sociales.
Han sido muchas las actuaciones llevadas a cabo entre las que podemos citar:
¡Enhorabuena por el trabajo realizado!