Seguramente a lo largo de este curso hemos oído hablar de este término en numerosas ocasiones, pero ¿qué significa?. Simplificando mucho, la idea central es hacer una clase mucho más participativa y dinámica, dejando las tareas menos activas para casa. Esta nueva forma de impartir docencia  parte de la idea de que cada vez es más difícil conseguir que los alumnos centren su atención en las explicaciones de clase durante más de 20 o 30 minutos.

Con esta metodología conseguimos que el proceso de enseñanza-aprendizaje pueda adaptarse a las necesidades de cada alumno. Para implantar esta “clase al revés” debemos organizar la clase en microlecciones utilizando herramientas TIC para hacer videolecciones, materiales multimedia, presentaciones, mapas on-line, etc. Estos contenidos se pueden ver en clase y el profesor será el  encargado de resolver dudas y asesorar sobre cómo mejorar el trabajo.

Con la flippled classroom se consigue:

• que cada alumno aproveche al máximo sus capacidades
• fomentar su creatividad
• mejorar las relaciones de trabajo
• crear un buen ambiente en el aula

¿Os atrevéis con el cambio?