“Educar es una responsabilidad, un descubrimiento y un deber moral. Un viaje maravilloso lleno de errores y aciertos que merece la pena afrontar”. Sergio de Dios González.
Con este mensaje empiezan Nuria Jiménez Hermosa y Rut Sanz Montaña, el curso sobre prácticas restaurativas que han impartido en el IESO Ribera del Cega en Mojados.
En este curso, las ponentes, han ofrecido al profesorado herramientas muy interesantes y necesarias para aprender a convivir, aunque como bien dicen ellas, con las prácticas restaurativas no hacen falta recursos, el recurso somos los profesores y nuestros alumnos. A partir de este punto nos han contado qué son y cómo podemos ponerlas en práctica en el aula con nuestro alumnado y para ello partimos de las preguntas ¿es necesario trabajar la convivencia en el centro? ¿qué es el conflicto? ¿cómo podemos llegar a intentar solucionar los problemas de convivencia?
Las prácticas restaurativas nos ayudarán a dar respuesta a estas preguntas porque si fomentamos las buenas relaciones en el grupo, potenciando el sentimiento de pertenencia, muchos conflictos o no aparecen o se resuelven positivamente.
Y entonces, ¿qué son las practicas restaurativas? Son herramientas que se emplean dentro de la práctica y justicia restaurativa en contraposición a la justicia retributiva. Estas prácticas se utilizan en el aula para la resolución pacífica de conflictos basándose en el diálogo.
Dentro de estas, entre otras herramientas, se utilizan los círculos proactivos o de diálogo y los círculos reactivos o restaurativos.
Los círculos de diálogo se utilizan para crear comunidad, desarrollar relaciones, fomentar la cohesión social, prevenir los conflictos, generar espacios de diálogo y escucha…
Por otro lado, los círculos restaurativos se utilizan una vez que se ha generado un conflicto para dar respuesta a la conducta inadecuada, intentar resolver ese conflicto, restaurar daños y asumir responsabilidades.
Durante la primera sesión, las ponentes fueron mostrando diferentes aspectos relacionados con los círculos y cómo llevarlos a la práctica con los alumnos: objetivos de los círculos, su funcionamiento, el rol del facilitador, qué nos puede aportar, situaciones en las que se puede utilizar, tipos, partes, ideas para círculos…
La segunda sesión fue muy interesante, ya que se puso en práctica un círculo de diálogo entre los profesores participantes en el curso y alumnado voluntario del centro. El resultado fue muy interesante y se vio cómo es posible llevarlo al aula de manera muy efectiva.
En la última sesión se habló de cómo debe ser la actitud restaurativa a través de estos tres aspectos:
· Escucha
· Expresiones afectivas
· Conversación restaurativa-preguntas restaurativas
En resumen, un curso muy interesante enfocado y adaptado totalmente a las necesidades y demandas del profesorado del centro que necesitaba formación sobre cómo afrontar conflictos mediante la gestión de las emociones.
¡Gracias al profesorado participante por su implicación y a Rut y Nuria por su profesionalidad y cercanía!