Es una revista anual que, salvando las dificultades generadas por la pandemia, ha conseguido ver impresa su edición del curso 2019-2020, la tercera de su nueva etapa como revista oficial del instituto.
Este número tiene una importancia especial para el centro y sus redactores: desde el principio estaba previsto que fuera un homenaje a la persona que da nombre al instituto, D. José Jiménez Lozano, y del que han tomado el verso que da nombre a la publicación: De punta en negro.
El fallecimiento de don José, el 9 de marzo, supuso un vuelco a todo lo previsto. El 15 de marzo el estado de alarma generado por la COVID-19 generó un reto de organización y coordinación sin precedentes en todos los aspectos, incluyendo, por supuesto, en el sistema educativo. Pese a todo, la revista ha visto la luz, dedicada a don José desde el principio -en origen se conmemoraba el décimo aniversario del instituto- y con más razón después de todo lo sucedido: se ha convertido en el tributo póstumo al maestro.
La revista surge gracias a una organización excepcional. Esta edición ha contado con siete jefes de sección -estudiantes de Bachillerato- que coordinan la labor de los diez miembros del equipo de redacción. Ocho profes implicados ayudan, resuelven dudas y lideran el proyecto para asegurar su materialización.
Su empeño ha logrado el fruto deseado. Sus páginas recogen la entrevista realizada a don José, el desayuno informativo con el alcalde de la ciudad, crónicas de actividades, estudios y visitas, exposición de proyectos, artículos de opinión y, en esta edición tan especial, una gran recopilación de textos de diversos autores (de dentro y de fuera del centro) en homenaje al poeta recién fallecido. Faltan, eso sí, las fotos de los grupos de clase de los alumnos, una carencia que servirá para recordar el confinamiento y la situación de excepcionalidad que estaba sufriendo todo el país y gran parte del mundo durante la elaboración de la revista.
Como han dejado escrito en sus páginas en las distintas ediciones, para ellos la revista es el alma de un centro, un sello, un emblema. En ella se reúne el trabajo coordinado de profesores interesados, alumnos implicados, padres cooperando en la ilusión (…) Un faro en medio de una crisis sanitaria; en palabras de don José, “una candela”.
Homenaje al maestro, agradecimiento al privilegio de haber podido contar siempre con su cercanía, su disponibilidad y su afecto. Su espíritu queda en sus palabras, su memoria, explican, vivirá en los pasillos de su “casa de enseñanza”, como él denominaba al centro que, orgulloso, ya hace diez años que lleva su nombre: el Jiménez Lozano.
Un cuervo paseando entre los pinos,
va meditabundo, lento,
en riguroso traje de etiqueta.
Va de punta en negro.
“Cuervo solitario”. La estación que gusta al cuco (2010).
José Jiménez Lozano