El norte de la provincia cuenta con un Plan de Formación que agrupa los centros educativos de primaria que existen en la zona: el CRA Campos de Castilla (Becilla de Valderaduey), el CRA Campos Góticos (Medina de Rioseco), el CRA Villas del Sequillo (Villabrágima), el CEIP San Francisco (Mayorga), el CEIP Tierra de Campos (Villalón) y centro San Vicente de Paúl (Medina de Rioseco); así como el Equipo de Orientación que los atiende y los institutos de Educación Secundaria: IES Campos y Torozos de Medina de Rioseco y el IES Jorge Guillén de Villalón.
Como el alma de cualquier centro educativo es la gente que trabaja día a día en él, cuando se planteó la realización de un curso sobre inteligencia emocional tuvimos claro, al comenzar a diseñarlo, que había que poner el acento sobre los maestros como los principales artífices del buen clima en la escuela.
La formación estuvo a cargo de Pablo Villlanueva Alonso de Eclosioncoaching. Un coach con una amplia experiencia en la realización de talleres sobre este tema que asumió el reto de ayudar a los docentes preparando ejemplos que pudieran ayudarles para su día a día en las aulas.
El curso comenzó con una presentación de la idea de Inteligencia Emocional como complementaria a la Inteligencia racional y tres reglas generales para la vida (utiliza todo lo que te pase para avanzar, cuídate tú y cuida a los demás y no te lastimes ni lastimes al resto).
Seguimos avanzando con la definición de Emoción y las seis que, ya desde Darwin en 1872, se han establecido (que compartimos todos los seres humanos, más allá de raza, edad, procedencia, cultura).
¿Somos capaces de citarlas? Seguro que sí:
alegría, tristeza, ira, miedo, asco y sorpresa
Lo que a lo mejor no sabemos es que las emociones no duran lo mismo, desde un segundo la sorpresa hasta la más larga -pero solo dos horas-, el enfado. Y un concepto importante que no siempre recordamos: no existen emociones positivas o negativas, todas son necesarias y adaptativas para poder sobrevivir. Si unimos emoción al pensamiento, el resultado entonces es el sentimiento, que ya puede durar más en el tiempo.
Analizadas las emociones: de qué nos informan, cómo evolucionan y cómo debemos conducirnos para generar una conducta saludable para nosotros y para los demás; se habló sobre la forma de afrontar las cargas emocionales y las respuestas que generamos y su porqué.
Para ayudar a alguien a canalizar una emoción, primero hay que conocerla, saber cómo reaccionas tú, cómo la gestionas y te autorregulas y, de este modo, poder empatizar y prestar tu apoyo a los demás.
La última sesión estuvo dedicada en monográfico a una emoción que los docentes conocemos muy bien: el enfado. Qué es, por qué sucede, cómo nos comportamos y la forma de gestionarlo de la mejor manera posible para seguir siendo el ejemplo y el espejo que somos para nuestros alumnos.
La idea es sencilla: buscar el bienestar emocional en el docente para generar el bienestar de los alumnos en cada escuela. Así de fácil. Así de complejo.