Cada vez con más frecuencia las llamadas metodologías activas están presentes en el aprendizaje. Una de ellas, es el aprendizaje basado en proyectos (ABP o PBL) que consiste en plantear diferentes retos para llegar a una respuesta final o bien a la elaboración de un material concreto: presentaciones, exposiciones, catálogos, etc. Una de las ventajas que tiene es que se puede utilizar en cualquier etapa.
Esta metodología está dando buenos resultados y cada vez más profesores están adaptándose a este nuevo planteamiento de las clases. Hay que tener en cuenta que supone un cambio en dos aspectos: en la forma en la que se abordan los contenidos curriculares y en cómo se evalúa. Esto es muy importante, ya que modificar sólo uno de estos dos puntos no llevaría a la obtención de los resultados deseados y no se podría considerar aprendizaje por proyectos.
Un centro educativo que quiera trabajar en esta línea sería bueno que tuviera en cuenta las siguientes consideraciones:
A continuación pueden verse el vídeo del Colegio Safa-Grial en el que se muestra su PBL “Castilla y los castillos” realizado en Educación Secundaria Obligatoria:
El siguiente vídeo muestra un ejemplo de ABP en Educación Infantil:
El aprendizaje basado en proyectos supone un invertir tiempo para preparar el material necesario y determinar los objetivos y productos finales que vamos a exigir. Estos muchas veces requieren del uso de las TIC por lo que además de estructurar el proceso, necesitamos un plan para integrar las nuevas tecnologías y el conocimiento de las mismas como parte esencial.
Los resultados que se obtienen son:
Como puede observarse, los objetivos que se alcanzan están muy relacionados con las competencias básicas, por lo que puede deducirse, que con esta forma de trabajo ayudamos a que los alumnos las adquieran.
¿Os animáis a intentarlo?