El uso de las nuevas tecnologías como dispositivos móviles, controladores, apps, robots,...pueden considerarse beneficiosas, pero no siempre las manejamos de forma segura y correcta. Estas herramientas que van surgiendo, en Educación sobre todo, pueden llevar a una mejora del rendimiento académico y un mejor aprovechamiento de las capacidades. Es cierto que el que exista tanta oferta de tecnologías diferentes hace que sea difícil centrarnos en una y poder profundizar en ella, con relativa calma, antes de que se haya quedado obsoleta.
Para poder utilizar los nuevos avances en nuestro beneficio hay que tener cuenta que igual que nos sirven para desarrollar habilidades también pueden disminuirlas. Por ejemplo, el uso del corrector ortográfico reduce nuestros conocimientos lingüísticos, la calculadora nos ahorra saber matemáticas…Esto significa ¿que el uso de los avances tecnológicos nos llevará en un futuro a ser menos inteligentes?. Al contrario, aumentará nuestras potencialidades y nuestro nivel de bienestar. El problema surge cuando perdemos el punto de vista de que tenemos un conjunto de herramientas creadas por personas para ponerlas al servicio de sus finalidades, y acaban convirtiéndose en una finalidad en sí misma.
Como ejemplo del amplio marco de posibilidades que nos abren las nuevas herramientas os dejo el siguiente video:
¿Quién dijo que la Historia es aburrida?
Como última muestra, comentar que existe un proyecto a nivel internacional llamado Iridis-pi en el que han implementado un supercomputador utilizando Raspberry Pi.Os animo a verlo porque es muy interesante.
Después de ver estos ejemplos cabe preguntarse ¿es una nueva era para la Educación?. La respuesta a estas alturas es evidente.