El elemento central que configura y justifica las reformas que se han ido sucediendo en los últimos años, en la formación del profesorado, en todos los países de Europa, es el intento de responder a las nuevas realidades educativas que emergen como consecuencia de la aceleración del cambio social.

Como señala el informe “Teachers matter: Attracting, Developing and Retainning Effective Teachers” de la OCDE, se han incorporado nuevas demandas al perfil profesional de los docentes: Idiomas, multiculturalidad, cuestiones de género y de convivencia, diversidad del alumnado y nuevas tecnologías, entre otras.

La Junta de Castilla y León está implantando un Modelo de Formación Permanente de Profesorado con vocación de mejora, pensamiento innovador y edificado sobre el importante esfuerzo realizado en años anteriores. Enmarcado dentro de las iniciativas de mejora continua de la educación en Castilla y León, el Modelo de Formación tiene la intención de anticiparse a los continuos cambios y de responder a las nuevas necesidades y demandas que se plantean al sistema educativo y a los profesionales que en él trabajan. Es una respuesta dinámica y flexible, en la que se concede un especial protagonismo a los centros educativos, a los que considera el núcleo central de la acción formativa del profesorado y para los que desarrolla un sistema estructurado de apoyo.